Respondí a la invitación de Salón Silicón a exponer convirtiendo el espacio de galería en una vitrina de tienda departamental. Cancelando la entrada y forzando a lxs espectadores a contemplar desde la calle las obras estas jugaban en el limbo entre “vitrinismo” y arte contemporáneo. Esto parte de mi interés por las llamadas “feas artes”, manifestaciones artísticas que por su relación al comercio o al género batallan para ser consideradas en el panorama del arte contemporáneo o académico.